Las mujeres en la
historia de los Juegos Olímpicos.
De entrada,
podemos asegurar que, desde los tiempos más remotos de la historia griega, la
mujer tuvo un papel destacado dentro del terreno de la educación física y del
agonismo.
Ya en la sociedad
cretense vemos a la mujer entregada, como los hombres, a numerosas actividades
gimnásticas y deportivas: como los hombres, practican la carrera, conducen
carros de caballos e incluso practican el pugilato y la tauromaquia.
Tras la formación
de las primeras comunidades helenas, la mujer sigue ejercitando sus antiguos
derechos al juego, a la actividad física y a la competición pública organizada.
Así, en Esparta
las jóvenes son adiestradas junto con los varones al tiempo que se les instruye
en su importante papel de futuras madres de espartanos.
Recordemos a este
respecto la anécdota relatada por Plutarco -Licurgo XIV- en la que Gorgo,
esposa de Leónidas, a la observación del dominio que la mujer espartana ejercía
sobre los hombres había respondido “También nosotras solas parimos hombres”. La
importancia que se daba a la actividad física entre las jóvenes espartanas lo
prueba el hecho de que a las vencedoras en las competiciones se les daba el
título de crisóphoros o “portadora de oro”, siendo ese oro obviamente el futuro
embrión.
Del mismo modo,
en Atenas, Licurgo supo ver la importancia que un buen estado físico de las
jóvenes atenienses tenía en los asuntos familiares e incluso en otros de
trascendencia pública en los muchos momentos en que los hombres se hallaban en
el campo de batalla. Por este motivo prescribió para ellas no solo el ejercicio
de la carrera y los juegos de pelota y del aro, sino también el lanzamiento de
disco, la lucha y el pugilato.
Si bien a la
mujer griega se le instruyó en el ejercicio físico, su participación en los
concursos públicos fue aislada. En Olimpia se celebraron cada cuatro años unas
competiciones exclusivas para mujeres denominadas Juegos Hereos, de los que por
cierto no disponemos de mucha información. La principal fuente aquí es como
casi siempre Pausanias (V,16,2-4). Estos juegos, que en época histórica estaban
programados en honor a Hera, tienen un origen incierto que posiblemente tenga
que ver con antiguos cultos de la fertilidad
que probaría el hecho de que a la vencedora se le entregaba una granada,
símbolo de fertilidad y atributo de Hera.
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